Nos gustaría empezar por la historia de nuestros bolsos, porque forman parte de la identidad de TataMana, donde lo artesanal se mezcla con lo sofisticado.
Nuestros bolsos joya, son las piezas más especiales. Detrás están muchas horas de trabajo, de bocetos, de pruebas fallidas, y mucho trabajo artesanal.
El equilibrio se logró cuando encontramos a “Don Antonio” que supo adaptar nuestros diseños y llevarlos a cabo. Sus manos emanan la pasión de su oficio, la sabiduría de un genio que lleva mas de 36 años en su profesión de artesano. Tiene un carisma especial que se transmite en cada una de sus piezas.
En el taller a pesar del ruido, encontramos armonía. El carácter amable de sus cinco trabajadores se combinan con los destellos de las piedras semipreciosas, turquesas, ágatas, cuarzos blancos, cuarzos rosas y vidrios.
Nuestros bolsos son una combinación de alpaca, latón y cobre, se funden y se le van dando la forma diseñada. Todo es hecho a mano y sólo en el pulido de la pieza utilizamos maquinaria.
Es un producto con una durabilidad eterna, su resistencia es máxima y el brillo siempre se recupera siguiendo los cuidados de las piezas.
Nuestra primera colección de Bolsos Joya se llama Cactus porque está inspirada en el cactus, en nuestro querido México. Como a pesar de lo árida que es la tierra, uno siempre puede crecer y florecer a pesar de las dificultades.
Recuerdo que cuando me separe de la familia y llegué a México, mi corazón se sentía solo en medio del desierto, pero como el cactus busqué mi camino para crecer desde dentro hacia fuera, por eso para nosotras cactus es nuestro icono de fuerza, de esperanza e inspiración.
Más de una jornada laboral es lo que se emplea en elaborar un bolso joya de TataMana. Y para nosotras es una nuestras piezas más especiales y uno de los íconos de TataMana.
